miércoles, 7 de marzo de 2012

¡ESTÁ EL HOMBRE SOLO!

La soledad no está fuera del hombre, está dentro de él, es su propia ceguera.
La soledad es una palabra adúltera. Su esencia, es el verbo, pero su realidad externa es falsa porque es el ser, más acompañado de la creación ya que el hombre gira continuamente en torno a ella.
Cuando el hombre regrese, de atravesar las Esferas del conocimiento;
Los velos que impiden su visión y se integre plenamente con el Ser y con el Universo del que forma parte. Cuando llegue a encontrar su propio ¨Yo¨ interno y superior, entonces, comenzará  a ser libre y dejará de sentir la soledad.

La falta de libertad que hace que el hombre se sienta solo, se identifica muchas veces con la incomunicación.  Ambos  conceptos  van unidos. Pero ¿a qué se debe su soledad, su incomunicación estando rodeado de tanta gente?..
Esa incomunicación, nace de su propio aislamiento. Y ese aislamiento se debe a su propia ceguera.
Ese aislamiento, es debido, a dejar recluidos sus sentimientos  más nobles que lo elevan al rango de ser humano.
Puede ocurrir esto por dos cosas: Porque su propia ceguera le impide verlos y por tanto expresarlo. O por temor  a que la ceguera de los demás destruiría con su deformada ¨visión¨ esa paz aparente y enfermiza que rompería los esquemas establecidos.

No sé por qué, el hombre siempre habla de libertad mirando lejos… como si estuviera en un horizonte lejano, al que se desea llegar como algo que necesita por ser consustancial con él y que de hecho lo es.
Así se lleva toda la vida buscando la libertad más allá. Pero no la encuentra porque la tiene dentro.
El hombre no podrá ser libre ni encontrar la libertad mientras no evolucione y llegue al conocimiento de su propio Ser y de su propio Yo.

Cuando llegue a este estadio, habrá conseguido el fin primordial  de su naturaleza y dejará de sentirse solo.

El cielo es el espejo de la tierra.
Arriba  es como abajo en un orden perfecto.
¡El Todo, el Universo!
Los astros caminan con nosotros
Los ciclos se repiten incesantes.
El sol nos da energía.
La luna nos eleva.
Todo  marcha al unísono.
¡Solo  los hombres discrepan entre ellos
Su código es confuso!


Rafael Piedehierro Holguera. 27-1- 2012

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