PRÓLOGO
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RAFAEL PIEDEHIERRO
HOLGUERA(Mérida, Badajoz, 1948) es autodidacta como escultor, pintor y
dibujante. Desde 1973 hasta 1982 residió en Sant Celoni (Barcelona). Su estilo,
en general, oscila entre el expresionismo
más o menos estilizado en sus
esculturas, y el surrealismo de
entrañables formulaciones mágicas. Juega un papel importante en la pintura y el
dibujo tecnológico, utilizando en sus trabajos materiales como: lápiz, tinta,
carbón, óleo... en otras ocasiones emplea para las esculturas: barro, hierro,
bronce... Según Pilar Parcerisas, sus creaciones expresan el drama existencial del hombre... sin embargo, el artista, va y nos deja siempre una puerta
a la esperanza, a pesar de los gestos desgarrados por el sufrimiento; cabe
destacar, tanto en pintura como en escultura, un acertado talante crítico,
encaminado a la reivindicación ecológica e injusticia social.
Comentarios
tan recurrentes y compartidos ocupan un lugar de atención en la obra extremeña
de tan singular artista:
-Impresionante, Rafael!!. – Hallada una
declaración, en Artistas de la Tierra , de Manuel Mata
Gil, ante la contemplación de una de las obras de Piedehierro, titulada “Cabeza”; otro ejemplo que tomamos, es la magnífica fotografía titulada
“Las puertas del olvido”.
Se recogen palabras textuales, en el 2008, de
Ángel González, que sumaron un efecto de reconocimiento, ante la extensa obra
de Piedehierro:
Quien tenga
hambre, que tan solo coma.
Quien tenga sed, pues eso que beba...
Quien dore el
cristal del intelecto con frágiles diques,
que se desvele
en las interminables noches del hierro...
Hermoso testimonio fue el
comentario, en este caso, de Manuel Pacheco, en el cual escribe que Piedehierro origina sus propias
vanguardias –y, ello, me consta- aunque,
sigue diciendo, como todo verdadero
creador ha bebido en las fuentes de los anteriores maestros.
Estos, entre otros muchos comentarios,
perfilan el alcance real del artista.
Llegado a este punto, es cuando Manuel Pacheco
denominó a Rafael Piedehierro como el
conquistador del barro, del hierro, del mármol, del bronce y de la geometría
alfabetizada en nombres rectos, ondulados, mixtos y quebrados...
Mas Rafael no frena aquí su
caudal artístico, ni mucho menos, pues, se sabe un conquistador nato de la
materia y de la geometría, como bien lo escribiera, premonitoriamente, Pacheco;
y, entonces, va, abre otra puerta y
detrás de la
puerta hay una habitación sin suelo;
si abres la puerta no sabes
donde irá a parar tu cuerpo.
Esta puerta permanece abierta
desde el 1973, y, con ello, el autor,
nos fue dejado unas tempranas participaciones colectivas, iniciadas,
cuando Piedehierro contaba veintitantos
años de edad y, que bien merece destacar, como el inicio de una trayectoria
literaria, llamada a ser la tercera dimensión del artista.
Por
lo tanto, Rafael Piedehierro Hoguera, en 1973, publica en Gallo de Vidrio(Revista poética, nº 15) Sevilla; también, en
1975, Hacia la luz, hacia la vida. En 1977, Libro Negro (Poemario colectivo) Sant Celoni. En 1978, Argaña (Co-Fundador de la Revista ). En 1979, Escritos sin Forma (Poema río
colectivo), los tres poemas en Barcelona.
En 1980, Correspondencia, Nº I
(Poemario colectivo) Badajoz. En
2006, Laberinto de Sentimientos, Miradas de Nostalgia, Flores Nuevas, Días de Sol y en 2007, Mar de Nubes(Centro de Estudios
Poéticos), los cinco poemas en Madrid. En 2007-2008 y 2009-2010, poemas colectivos
en Momentos Literarios (Gran Café
Victoria)Badajoz.
Sin embargo
hasta el 2011, Rafael Piedehierro, no nos sorprenderá con su caudal poético en
solitario; y será con un poemario del calibre de la HORIZONTALIDAD
SENTIDA , trabajo
iniciado en el año 1985 y depositado en un cajón, como viene haciendo con,
algunas, de sus creaciones literarias.
El cuadernillo consta de XIII
partes, escrito en un lenguaje luminoso, atrayente; con un estilo cargado de
simbología onírica y tecnológica; aparecen, también, rasgos expresionistas y
surrealistas que guardan una sorprendente similitud con sus pinturas y
esculturas. Si analizamos, por ejemplo, yéndonos a la parte V, en ella observamos que vuelve a
repetirse la angustia existencial del hombre, en versos como
...vuestros hilos se romperán;
vuestros cuerpos se
desplomarán
inexorablemente...
En sus versos se percibe la sensibilidad del
hombre sin prejuicios ni ataduras; buscador y salvador de libertades,
consciente de un futuro que aguarda a la humanidad.
...
aunque no podéis verme;
aunque ignoráis mi
existencia, terminaréis
en el mismo
lugar...
Y volviendo a lo que decía Pilar
Parcerisas en el comienzo del prólogo, en el caso de la
HORIZONTALIDAD SENTIDA , comprobamos como el autor va y
nos deja una puerta abierta a la esperanza.
Busco el consuelo
de mi hermano el álamo
y la paz de mi horizonte
finito.
Y es que
Piedehierro siempre nos atrapa y no transporta, nos eleva en su melancólico
sueño, un lugar inaccesible donde habla de sus ”miedos y vivo desconsuelo”; de
sus soledades, pinceladas en maravillosas tonalidades inquietas y, con cada una
de sus frases te va envolviendo en un vértigo de agua, un fluido cadencioso en
el que todo acto creativo se ilumina e inmortaliza.
Prólogo:
M.ª José Fernández Sánchez.
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